Profesor de historia

El domingo pasado, tuve la paciencia de escuchar completo el discurso que pronunció AMLO durante su visita a Cuba, luego de haber recibido la condecoración José Martí cuyo valor es cuestionable, al haber sido entregada antes a criminales como Sadam Hussein (1978) y a dictadores como Hugo Chávez (1999), Nicolas Maduro (2016) y Evo Morales (2016), entre otros deleznables políticos.

Escuché el discurso, no porque me apasionen las clases de historia, sino por ver cómo un Presidente básico y en muchos sentidos ignorante, mediante gestos y ademanes, hacía lo posible por parecer una persona interesante, culta y con la noble gracia de compartir su sabiduría y conocimientos profundos de la historia.

Su alocución fue una interminable y aburrida lectura de fechas y eventos de la historia mesoamericana aderezada con anécdotas irrelevantes que el presidente cubano Díaz-Canel estoicamente se tuvo que tragar de pie durante los más de cincuenta minutos que duró su lectura.

La lenta y somnífera narración dio tiempo suficiente para hacer un análisis social y psicológico de un individuo que en lugar de representar la grandeza y pujanza del México y de los mexicanos de hoy, se presentó como un mediocre profesor de historia, que piensa que al hablar de la grandeza de civilizaciones antiguas o de las proezas de personajes de siglos atrás, él mismo quedará ubicado como un prócer de la patria.

En sus delirios de grandeza, avivados convenientemente por los corruptos y enajenados que lo rodean, nuestro máximo representante se asume como depositario de los ideales de las civilizaciones antiguas y como "el elegido" -no por los votos democráticos del México moderno- sino por espíritus ancestrales que le encomendaron el renacimiento de Tenochtitlán.

A continuación, transcribo algunos ejemplos de las peroratas, soflamas y la larga lista de disertaciones históricas y datos irrelevantes que leyó como si fuera un "estadista" con una visión superior del mundo:

Desde tiempos remotos, Cuba y México, por la cercanía geográfica, la migración, la lengua, la música, el deporte, la cultura, la idiosincrasia y el cultivo de la caña, han mantenido relaciones de auténtica hermandad. Es posible, incluso que en la época prehispánica, haya habido en la isla habitantes mayas (...), eran como los fenicios, grandes navegantes que mantenían relaciones comerciales no solo con los pueblos del Golfo de México, sino con los del Caribe hasta el Darién. Pero dejando este interesantísimo tema a los antropólogos y arqueólogos (...), debe saberse que en nuestro país, la esclavitud se abolió en realidad hasta 1914 (...), la caña de azúcar, la palma real y la migración de Cuba a México se advierte más en la cuenca del Papaloapan (...), La Habana es como el puerto de Veracruz; y lo más parecido al cubano es el jarocho (...), hubo en mi estado, en Tabasco, dos gobernadores de origen cubano, el coronel de infantería Francisco de Sentmanat y el general Pedro de Ampudia (...), al ex gobernador Sentmanat le cortan la cabeza, y por recomendación de un médico o facultativo, la metieron a un perol de agua hirviendo (...), existe una historia paralela a Martí, el independentista cubano, en la figura de un revolucionario mexicano, Catarino Erasmo Garza Rodríguez (...), el 12 de septiembre de 1891, cruzó el Río Bravo al mando de 40 guerrilleros (...), aún cuando mi texto ya es muy extenso -¿verdad, Beatriz?- les ofrezco disculpas...

Así transcurrió casi una hora de lectura de datos y anécdotas históricas que solo sirvieron para mostrar la irrelevancia y la imagen de país bananero que tiene hoy México gracias a la 4T.

En resumen, lo único que puede tener alguna importancia de la visita de nuestro Presidente a Cuba fue: confirmar que quiere desaparecer la OEA y formar un bloque latinoamericano separado de Estados Unidos y Canadá; que es un admirador de Fidel Castro y de la Revolución Cubana; que la 4T y el gobierno actual de México están alineados a países como Nicaragua, Venezuela y Cuba, y que abogarán por ellos frente al mundo a pesar de ser dictaduras que violan derechos humanos y principios democráticos, y que lo único que tienen en común es que han arruinado a sus pueblos. Ah... y que en lugar de Presidente tenemos un profesor de historia.

"Dime con quién andas
y te diré quién eres".

Dicho popular