El privilegio de ayudar

El privilegio de ayudar

Entre los cientos de memes que en medio del aislamiento social estamos recibiendo hay algunos que llaman a hacer conciencia del mundo en que vivimos, a revisar actitudes y cuestionar todo, hasta el sentido de la vida misma, lo cual me parece sano, siempre que pasada la actual crisis sanitaria -que gracias a la ciencia y a la prudencia muy probablemente durará menos que la crisis económica que le acompaña- las reflexiones se conviertan en cambio de paradigmas. Uno de esos memes comenzaba diciendo: "Poder quedarse en casa es un privilegio de clase", lo cual me pareció equivocado y dañino.

No veo saludable para nadie llamados de conciencia que generalizan situaciones diversas, y que en lugar de generar admiración y respeto hacia aquellos que han logrado cierto bienestar con base en el trabajo honesto, preparación y talento, demeriten sus esfuerzos, dividan a la sociedad en clases y hagan ver a los exitosos como culpables y causantes directos de la pobreza de millones de mexicanos.

Creo que quienes los envían, aunque sea de buena fe, no meditan a fondo las ideas que transmiten desde la comodidad de su "privilegiado" hogar, con el fin de presentarse a sí mismos como arquetipos de héroes defensores de los pobres y oprimidos (Robin Hoods modernos) o para el estúpido fin de explorar el número de "likes" que pueden lograr con ellos en las redes sociales.

El mensaje enviado continuaba diciendo: "La cuarentena nos invita a cuestionarnos sobre la desigualdad social. Poder quedarse en casa mirando Netflix, jugando videojuegos, tomándote una cerveza o leyendo un libro, es la realidad privilegiada de unos pocos", se lee.

"No todo el mundo puede quedarse en casa, no todo mundo tiene casa, no todo el mundo puede dejar de trabajar. Romantizar el aislamiento puede ser, además de egoísta, un insulto para gran parte de la sociedad que si no trabaja no come".

(Cabe señalar, que los que hoy no tienen casa para resguardarse, tampoco la tenían antes del Covid-19).

Lo que más me molestó de este mensaje es el sentido que le da a la palabra "privilegio", especialmente en tiempos de la mal llamada 4T que hace ver la calidad de vida superior que algunos tenemos, como un privilegio mal habido, inmerecido o injusto.

Tener casa y comida y pasarla mejor que otros en tiempos de crisis no es un "privilegio", significa solo que ha llegado el momento para hacer uso de las reservas, del ahorro generado a través de años de trabajo.

"Donde falta la previsión, faltará la provisión", dice un dicho popular.

Si acaso se le puede poner una etiqueta a quien gracias a sus ahorros la pasa mejor en tiempos difíciles, sería la de "previsor" o "precavido", mas no la de "privilegiado".

Como las palabras importan, aclarémoslas. Un privilegio se entiende como la exención de una carga, un gravamen, una obligación o una norma que una persona con autoridad concede a otra de forma excepcional.

Sinónimos de privilegio son, por ejemplo, las dispensas, los favores o las prerrogativas con las que alguien arbitraria y selectivamente, protege, exenta o favorece a alguien.

Si lo que se quiere hacer es mandar un mensaje a la sociedad para hacer conciencia de lo que tenemos frente a los que poco o nada tienen, este no debe ser desde una óptica divisoria o clasista, sino haciendo ver a todos, ricos y pobres, la importancia del trabajo, del estudio, del ahorro y la previsión, así como las consecuencias de la ignorancia, el despilfarro y la irresponsabilidad. Y al gobierno hacerle ver la responsabilidad que tiene de brindar a los ciudadanos una educación pública de calidad y de crear las condiciones necesarias para la generación de empleos, que al final son las únicas herramientas que tenemos todos para sobrevivir, ahorrar y pasarla menos mal en épocas de crisis.

El único privilegio que gozamos los que en alguna medida a lo largo de la vida hemos sido trabajadores, responsables y tenido la capacidad de ahorrar, es el de estar en la posición para poder ayudar, para ser solidarios y no en la posición de pedir o recibir ayuda.

Resumiría lo anterior en una sola frase: "La solidaridad es un privilegio reservado para aquellos que teniendo más que los demás utilizan su excedente para ayudar a quienes carecen de lo indispensable".

 "Más vale ser rico y sanoque pobre y enfermo (¿o no?)".