Oro virtual

El oro ha servido durante miles de años como medio de intercambio de bienes. Esto hizo que el papel moneda emitido por los gobiernos del mundo debiera estar respaldado con oro, para el eventual reclamo y conversión de los billetes en oro físico.

Hoy los gobiernos ya no requieren respaldar la totalidad de su dinero en oro. En 1971, el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, eliminó el llamado "gold standard", con lo que el dólar ya no estaría respaldado en oro, pasando a ser una moneda de cambio legal con un valor reconocido por decreto, no por su respaldo en oro.

No obstante este cambio, y a pesar de que resguardar y transportar oro físico es muy costoso y complicado, los gobiernos del mundo todavía almacenan enormes cantidades de lingotes de oro para protegerse de hiperinflaciones y otros desastres económicos, siendo Estados Unidos el país que tiene hoy las mayores reservas de oro físico del mundo.

Pero de lo que pocos hablan y se dan cuenta es que para poder tener oro físico es necesario extraerlo de la tierra mediante la remoción de grandes cantidades de suelo y subsuelo que son procesados en busca del metal, lo cual se hace en minas a cielo abierto, causando enormes daños medioambientales. Sólo un dato: para obtener una tonelada de oro es necesario mover alrededor de 3 millones de toneladas de tierra, dinamitar y triturar las rocas encontradas.

Extraer oro no es como se ve en las películas de vaqueros, en las que un buscador de oro se metía a buscar pepitas en un río con una coladera en la mano.

Dada la complejidad y daño ambiental relacionado con esta actividad minera, ha surgido ya la idea de que para que los gobiernos tengan reservas de oro, no sea necesario extraerlo de la tierra. Cuando escuché esto, me hizo todo el sentido del mundo. ¿Para qué quisiera un gobierno o un inversionista particular tener físicamente un lingote de oro, si puede tener la montaña cuyas rocas lo contienen? Sin duda sería mucho más fácil y muchísimo menos costoso cuidar y asegurar una montaña rica en oro que cuidar y asegurar bóvedas repletas de lingotes, además de que no sería necesario acabar con bosques enteros y contaminar el agua en los procesos de minería relacionados. Sólo sería necesario extraer el oro requerido para usos tecnológicos en diferentes industrias, como la electrónica, la de microchips, la de nanotecnología, etcétera, lo cual representa menos del 12% de la demanda mundial de oro.

En lugar de extraer oro sólo para ser almacenado, lo que debería hacerse es lo mismo que se hace en la industria petrolera cuando mediante exploraciones logran lo que se conoce como reservas probadas del petróleo. En este caso buscar y demostrar científicamente la existencia de oro en determinadas áreas y convertirlas en reservas probadas de oro, y así contar con ese recurso sin necesidad de extraerlo.

Independientemente del refugio y respaldo que el oro significa para las economías del mundo, buena parte de la extracción de oro es para usos banales u ornamentales.

Creo que es tiempo de que como sociedad dejemos de ver al oro como símbolo de poder y riqueza y superemos esa antigua, costosa y estúpida idea.

No sólo nos saldría más barato a todos, sino que además ayudaríamos a conservar el medio ambiente y los bosques del planeta que nos los estamos acabando sólo para enjoyarnos o hacer que las cosas brillen.

La fantasía no es la joyería que brilla como oro sin serlo, la fantasía es que hoy en día percibamos y reconozcamos como rica y poderosa a una persona que se cuelga cadenas de oro, o a un país que tiene toneladas de oro almacenadas en búnkers resguardados día y noche para que nadie pueda robarlos.

Los tiempos en que el poder y la riqueza se demostraban portando piezas de oro, recubriendo casas, templos y mausoleos con hojas de oro se acabaron.

Si alguien quiere impresionar o demostrar riqueza, la manera responsable de hacerlo hoy es desarrollando ideas novedosas y vanguardistas que, con conciencia social y cuidado medioambiental, logren, además de beneficios económicos personales, bienestar colectivo.

Y a los que todavía les brillan los ojos con el oro, sepan que hay ya, y se están gestando, nuevas maneras para beneficiarse con ese metal, de manera virtual y sin necesidad de tenerlo físicamente.

Vale más el brillo de la mente

que el brillo del oro.

Yo