In A Gadda Da Vida



Por varios, diferentes y justificados motivos, este año 2020 no cuenta. Habrá que verlo como un paréntesis en la vida.

La crisis sanitaria y financiera, el aislamiento social, las nuevas formas de trabajar y pasar el tiempo han hecho de los días, semanas y meses una interminable y repetitiva pesadilla que se sufre de día, pues comienza al despertar y termina al dormir.

La pesadilla tiene que ver con la incertidumbre y angustia de múltiples problemas que están poniendo en riesgo nuestra supervivencia física y económica, y cuyas soluciones están en la mayoría de los casos fuera de nuestro alcance, pero sus implicaciones dentro de nuestra existencia.

Hoy sólo viven tranquilos quienes son capaces de creer, confiar y vivir colgados a las promesas falaces de un mundo mejor hechas por caudillos incapaces de llevarlas a cabo, y que ajenos a la realidad se presentan a sí mismos como mesías redentores inmunes a los males del mundo.

Los que no hemos sido "contagiados" de la fuerza moral del caudillo, somos presentados frente a los creyentes como el mal a vencer, el demonio conservador, corrupto y sin conciencia social, que lucha por mantener privilegios, convirtiendo así la democracia en una especie de lucha apocalíptica del bien contra el mal, y con lo cual se justifica cualquier violación a las leyes y principios democráticos que no tienen cabida ni hacen sentido en un mundo de filosofías y fines supuestamente superiores.

El año 2020, con la crisis financiera y la pandemia -que al caudillo del momento le vino como anillo al dedo- parece eterno. Todos los días son iguales. Mismas conferencias mañaneras, mismas promesas, mismos argumentos, mismas diatribas, mismas críticas, mismas excusas, mismo cinismo...

Esta repetitiva pesadilla de día se parece a la película Groundhog Day (Atrapado en el tiempo) en la que un meteorólogo (Bill Murray) atrapado por una tormenta de nieve en un pequeño pueblo, despierta todos los días para volver a vivir una y otra vez el mismo día, y al interminable y monótono tema musical lanzado en 1968 por Iron Butterfly, titulado, In A Gadda Da Vida, que, con duración de diecisiete minutos, ocupaba todo el segundo lado del disco.

Para quienes no lo hayan escuchado, en ese tema destacaba un largo solo de batería, que sólo se soporta en un estado catártico, como el que necesitamos para escuchar todos los días las palabras y promesas del Presidente, cuya repetición aunada a la total ausencia de resultados han hecho que pierdan significado y se vuelvan intrascendentes.

Palabras como corrupción e impunidad, y datos como el número de muertos por el crimen organizado o el Covid-19 y la constante referencia al nombre y acrónimo del Presidente lo único que provocan ya es entumecimiento de la mente.

Cada aletargado discurso, cada palabra hueca y acción desparpajada con la que se pretende solucionar la vida de los mexicanos más pobres, cada epíteto y descalificación que se pronuncia se asemeja a la taladrante e interminable secuencia de percusiones de In A Gadda Da Vida.

En un clima de división, desconfianza, miedos, mentiras e incertidumbre, son pocas las cosas que se pueden planear hacia delante. Cualquier pronóstico financiero o de estabilidad política y social es una bola de cristal. Las experiencias y conocimientos del pasado han perdido validez y credi- bilidad futura.

El largo plazo es la semana próxima y el corto mañana. Vivimos como alcohólicos anónimos, un día a la vez, intentando descubrir nuevas formas de vida y subsistencia en medio de la pesadilla del presente.

Al menos yo, ya no quiero oír palabras, buenas ideas y promesas de un mundo mejor, quiero ver hechos y resultados. Para ideas y palabras bonitas sobran libros con mejores ideas y mejores argumentos que los que el Presidente y sus fieles seguidores son capaces de articular.

El año 2020 en muchos aspectos no cuenta. Todo es atípico. El consecutivo de años debe ser... 2018, 2019, 2021, 2022..., los festejos, graduaciones, aniversarios y cumpleaños virtuales, no sucedieron, no valen.

Vaya, creo que hasta la cuenta de la edad, y que en mi caso venía de ...67, 68, 69... el 69 durará más que el solo de batería de In A Gadda Da Vida (como Catón diría: no le entendí).

"Mayoría no es sinónimo
de verdad".

Yo