Ineptocracia

 

Para mantener una democracia y el Estado de derecho, sobre todo en tiempos de cambios y movimientos políticos y sociales como los actuales, es necesario comprender a cabalidad lo que significa vivir en un país demócrata y apegado a la ley.
Lo digo porque hoy cada partido, cada funcionario, gobernante y ciudadano ve la democracia e interpreta las leyes a su manera.

Pocos valoran la importancia de las instituciones autónomas y la independencia de Poderes; cada quien aplica o pretende que le apliquen la ley a conveniencia; la justicia se exige cuando somos víctimas y hacemos lo posible para evadirla cuando somos los victimarios. Vaya, hasta el actual Presidente de la República tiene su propia visión e interpretación de la democracia y las leyes, las cuales aplica o ignora discrecionalmente. Y lo peor es que frente a ello los ciudadanos y nuestros representantes ...callamos.

El pensador, jurista, político e historiador Alexis de Tocqueville dijo al respecto: "Cada generación es un nuevo pueblo que debe adquirir el conocimiento, aprender las habilidades y desarrollar las disposiciones y particularidades del carácter, tanto privado como público que constituyen el tejido de una democracia constitucional.

"Esas disposiciones deben ser nutridas por medio de la palabra y del estudio, y por el poder del ejemplo. La democracia no es una maquinaria que se mantiene viva por sí sola, sino debe ser conscientemente reproducida y mantenida generación tras generación. Lo que más confusión provoca en el espíritu es el uso que se hace de palabras como: democracia, instituciones democráticas, gobierno democrático. Mientras no las definamos y entendamos claramente y no se llegue a un entendimiento sobre su importancia y significado, se vivirá en una intrincada confusión de ideas, con gran ventaja para los demagogos y los déspotas" (El Antiguo Régimen y la Revolución II, pág. 100).

Para unos la democracia debe ser indirecta o representativa, es decir, cuando las decisiones se adoptan por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes (ej. diputados y senadores electos); otros prefieren la democracia participativa, que es cuando los ciudadanos se organizan y asocian para ejercer una influencia directa en las decisiones públicas; para otros la democracia que vale es la directa, es decir cuando las decisiones son adoptadas directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos y referéndums vinculantes o la votación popular de leyes; y para otros como nuestro Presidente, la democracia es una combinación convenenciera de todas las variantes, ignorando y hasta denostando cuando así conviene, a los representantes elegidos por el pueblo o a las organizaciones ciudadanas que representan intereses legítimos de la sociedad, basado en criterios personales de moral y justicia o en consultas y opiniones populares manipuladas, elaboradas fuera de marcos legales y sin ningún rigor técnico.

Para el filósofo y escritor francés Jean d'Ormesson la democracia actual es una "ineptocracia", la cual define como el sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir y procurarse su sustento, el cual reciben en bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo y riqueza de unos productores en número descendente, y todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías que sabe han fracasado donde se han aplicado a personas que consideran idiotas.

Esta definición refleja la realidad de una cada vez mayor cantidad de gobernantes, representantes populares y funcionarios públicos que sin tener las mínimas calificaciones, conocimientos o experiencia terminan legislando, ocupando puestos de poder, manipulando la opinión pública y tomando decisiones que afectan la vida y el patrimonio de millones de personas.

Las consecuencias negativas de la ineptocracia se reducirían simplemente aumentando los requisitos para ocupar determinados puestos y cargos públicos, aunque eso sería como pedirle "peras al olmo", pues requeriría que muchos de los actuales legisladores redacten y aprueben una ley que impida que personas como ellos mismos puedan acceder al poder.

Parafraseando a Groucho Marx sería como si un diputado se quejara diciendo: ¡qué clase de gobierno es éste que acepta diputados como yo!

"El primer paso para acabar
con la ignorancia es reconocerla".

Yo