De chairo a fifí

De chairo a fifí

 

Llamar a alguien "fifí" porque habiendo tenido un relativo éxito profesional o económico en la vida critica ciertas decisiones del Presidente electo o de los legisladores de Morena es un acto discriminatorio, como lo es llamar a alguien "chairo" porque apoya a López Obrador y defiende sus ocurrencias. En ambos casos se discrimina por opinión.

Los seguidores de AMLO que deciden ubicar a una persona del lado fifí, lo atacan e insultan por dos motivos: primero, porque consideran que quien ha logrado una posición económica superior al promedio no tiene derecho a criticar al "paladín del pueblo" o manifestar su preocupación por la falta de preparación, profesionalismo y rigor técnico que se ve en sus propuestas y decisiones; segundo, porque pareciera que para ser considerado parte del pueblo, los requisitos indispensables son cualquiera de estos dos: estar "jodido" o apoyar a AMLO; y tercero, porque cuando la crítica es fundamentada cala más hondo.

Los morenistas no entienden que López Obrador ganó las elecciones por las promesas que hizo, mas no por los métodos para cumplirlas (si es que hay método).
No todos los que tenemos una vida más holgada somos corruptos. Tampoco todos nacimos en cunas de oro. Muchos de los que a diario recibimos insultos y agresiones porque perteneciendo a clases económicas superiores criticamos las propuestas y métodos de AMLO crecimos en familias que iniciaron desde cero, o que llegaron a éste país, como popularmente se dice, "con una mano adelante y otra atrás".

La enorme mayoría de los que de alguna manera hemos salido adelante, hemos construido nuestro patrimonio sin hacer negocios con el Gobierno, más bien diría que lo hemos hecho "a pesar del Gobierno".

Tener éxito viniendo de abajo, o crecer el patrimonio iniciado por padres o abuelos "jodidos", no hace a las personas "fifís" por definición (en el tono despectivo que lo dicen). En todo caso sería más preciso llamarnos "ex chairos", porque viendo hacia atrás, todas las familias que han salido adelante alguna vez fueron pobres.

No digo que no haya personas a las que el dinero y el éxito los cambia y vuelve "fifís" altaneros, pero no se puede generalizar calificando a los más pudientes como personas socialmente irresponsables, corruptas o explotadoras, de la misma manera que no se puede generalizar a los que menos tienen como incapaces o flojos.

En todos lados hay de todo, y por eso el llamado a la unidad procede. El mundo actual es interdependiente, interconectado. Chairos y fifís nos necesitamos mutuamente. Unos tenemos lo que a otros les falta y viceversa. Ninguna persona, familia, empresa, gobierno o país es una isla. Los puntos de vista de una comunidad afectan a las demás. Los acontecimientos intelectuales, científicos y tecnológicos del mundo nos involucran y comprometen a todos por igual.

No montarse al carro del progreso es quedarse atrás, solos, cancelando proyectos y reformas vanguardistas, pagando poco para no contratar a los mejores, y así quedarnos viendo cómo los demás avanzan y se distancian cada día más de nosotros.

Mejor veámonos todos los mexicanos, ricos y pobres, chairos y fifís, como parte de un mosaico plural y multifacético insertado en el mundo y aportando a éste nuestras capacidades y talentos creativos, en lugar de nuestra ya probadas capacidades autodestructivas y excluyentes.

No confundamos pobreza con honestidad, éxito con corrupción, ni mayoría con sabiduría. Dejemos a un lado los prejuicios y estereotipos que nos dividen y confrontan; dejemos a un lado el orgullo, coraje o resentimientos que pudiera haber y aceptemos el consejo y ayuda de los que más saben y más pueden.

Por último les pregunto a los fanáticos seguidores de AMLO que gustan denostar a quienes pensamos o somos diferentes: ¿Qué van a hacer cuando toda la riqueza y bienestar prometido por su caudillo saque de la pobreza a los jodidos? ¿Las bases de Morena serán los nuevos fifís mexicanos?

Tengan cuidado con lo que promete AMLO, pues si lo cumple todos terminarán perteneciendo a la clase social que hoy desprecian e insultan, haciendo realidad aquel viejo dicho revolucionario que dice: "Contra los ricos hasta que nos igualemos, y una vez igualados... ¡a defendernos!".

"Perdón por haber tenido éxito, la próxima vez trataré de que me vaya peor".

Yo