Impuestos 'pomada'

El Presidente López Obrador se ha encargado de hacer "pomada" los impuestos que con tanto trabajo y riesgo los mexicanos generamos y pagamos. No es justo.

Si sumamos el dinero que ha tirado a la basura, tan solo con la absurda cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), en Texcoco, y la construcción del inoperante Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la construcción de la obsoleta refinería de Dos Bocas y el capricho del Tren Maya, el despilfarro es de más de un millón de millones de pesos.

Y no hablemos de las pérdidas anuales de Petróleos Mexicanos (Pemex) o de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y otras ocurrencias que de nada han servido y nos seguirán costando todos los días, hasta que alguien sensato decida reconocer los errores, asumir las pérdidas y parar la sangría.

Todo esto viene a cuento porque la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) acaba de pedir para la nueva y también inviable Mexicana de Aviación, nada menos que 20 mil 871 millones de pesos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los cuales serían utilizados para la adquisición de aeronaves (que vuelan con un solo pasajero) y equipo necesario para su operación.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público debiera negar esta solicitud de recursos, pues sería echarle más dinero bueno al malo.

Las proyecciones financieras de la Secretaría de la Defensa Nacional indican que Mexicana de Aviación tendría ganancias a partir del año 2028, siempre y cuando sus ventas anuales de boletos excedan de 6 mil 616 millones de pesos.

Pero según expertos consultados, esas proyecciones se lograrían siempre y cuando las tarifas se duplicaran y todos los vuelos vayan llenos. Además, por si fuera poco, la nueva aerolínea enfrenta una demanda en Estados Unidos por 838 millones de dólares.

¿Quién en su sano juicio aprobaría una inyección de capital de 21 mil millones de pesos a una empresa quebrada, que todos los días pierde dinero y no tiene posibilidades de salir adelante por sí sola? Y todavía, el Presidente y los diputados de Morena se dan el lujo de proponer que las imaginarias utilidades de Mexicana de Aviación sumadas a las también imaginarias utilidades del Tren Maya, servirán para apoyar las pensiones de retiro de los mexicanos.

Estamos en manos de locos, corruptos y negligentes que, dando atole con el dedo a millones de mexicanos desinformados, han enfilado a México hacia su eventual debacle.

Puede ser que, debido al tamaño de la economía mexicana (todavía en manos del sector privado), la debacle tarde más tiempo en ocurrir que en países como Venezuela, pero de continuar por ese rumbo no tengo duda de que, tarde o temprano, llegará.

Debería enjuiciarse al Presidente, a los legisladores y funcionarios públicos que aprueban y ejecutan proyectos y planes de gobierno inviables, por la irresponsable dilapidación de nuestros impuestos.

No soy abogado, pero sé que por disposición constitucional todo servidor público debe administrar con eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez los recursos económicos de que disponga para satisfacer los objetivos a los que están destinados.

No conocemos buena parte de la información relacionada con las obras ejecutadas y operadas por el Ejército, porque "mañosamente" fueron catalogadas como de "seguridad nacional", pero el principal perjuicio patrimonial se causa no cuando las obras se ejecutan con mala calidad, con sobrecostos o corrupción, sino al momento de aprobar y asignar presupuestos a proyectos a todas luces inviables.

Lo digo porque para que una estupidez se lleve a cabo, se necesita siempre la concurrencia de tres idiotas: uno que la proponga, otro que la apruebe y otro que la ejecute.

"Dos de junio, una X".

Ricardo Elias