25 años opinando

Cuando leo, entro al mundo del
escritor. Cuando escribo, entro al mío.

El próximo 20 de noviembre el periódico MURAL cumple 25 años de su nacimiento, mismos años que tengo de escribir en sus páginas editoriales, ininterrumpidamente, cada semana, esté donde esté.

Este significativo aniversario me hizo pensar si debo continuar escribiendo o no.

Y la razón no es cansancio ni nada que se le parezca, sino porque siento que el esfuerzo y compromiso que significa no sirve para nada. Nada cambia, todo sigue igual y en ciertos asuntos peor. Podría tomar artículos de hace 10 o 15 años señalando vicios y actitudes negativas de sociedad y gobierno, y seguirían vigentes.

Cuando me invitaron a participar en estas páginas editoriales pregunté una sola cosa: ¿Por qué yo? ¿Por qué la invitación si yo no soy escritor, no me dedico a esto y nunca he escrito un artículo de opinión?

La respuesta que en ese entonces me dieron dos de las plumas más reconocidas de este medio, Armando Fuentes Aguirre (Catón) y Germán Dehesa (QEPD), fue la siguiente: "Te invitan a escribir, no por cómo escribes, sino por lo que tienes que decir".

Pues sí, tal vez tengo mucho que decir, pero de nada sirve si lo que se dice no incide para bien de la sociedad. Son muy pocos los que leen las páginas de opinión de un diario (80% de los que leen un periódico sólo lee deportes y encabezados). Lo que aquí se dice no llega a la mayoría de los mexicanos. Es más, creo que nosotros, los más informados, los supuestamente más "leídos", no somos siquiera representativos de México.

Representativos son los millones de mexicanos que habitan en pequeñas poblaciones, con carencias educativas, económicas, de salud, etcétera, que van por la vida con información sesgada, incompleta o distorsionada, que jamás leen un periódico y menos un artículo de opinión. Vaya, ni siquiera las nuevas generaciones leen estas páginas, supongo porque son demasiadas letras sin ninguna imagen.

Los que me conocen saben que yo no me dedico a esto. Si escribo lo hago en calidad de persona preocupada e interesada en el bienestar y avance de la sociedad toda. Y aunque llaman "periodismo de opinión" a esta actividad, de ninguna manera me considero "periodista". Soy un simple ciudadano que tuvo la oportunidad de contar con un espacio como este, para decir lo que pienso de manera respetuosa, pero sin tapujos.

Dicho lo anterior, las preguntas a responder para evaluar si los artículos de opinión inciden de alguna manera en la sociedad, serían las siguientes:
¿Sirve de algo la reflexión y la crítica en México? ¿Sirve de algo que nos desgañitemos gritando consignas, exigiendo cambios, honestidad, justicia, seguridad, educación, salud y oportunidades para todos?

¿Sirve de algo que pensemos soluciones y alternativas para que nuestras colonias, nuestras ciudades y nuestro país sean un mejor lugar para vivir y convivir?

¿Sirven de algo los llamados granitos de arena y todas las horas de pensamiento sesudo, de experiencia y visión de mundo que todos los días se aportan y se manifiestan en artículos de opinión, en libros y revistas, en conferencias y seminarios y en miles de discusiones públicas y privadas?

Desgraciadamente todo parece indicar que no. Y algunos dirán que son nuestro "granito de arena". Pero yo no creo en los granitos de arena, creo en una avalancha de arena, y así lo escribí hace 18 años en este mismo espacio: Los granos de arena, esos que se mencionan cada vez que se está frente a un reto monumental, sólo sirven de ilusa motivación para no claudicar, o como valoración del esfuerzo que cada persona hace a la escala de sus posibilidades para contribuir a causas perdidas o con escasas posibilidades de éxito.

Además me parece cursi que les digan granitos. Llamar a estas pequeñas contribuciones individuales en diminutivo las hace ver todavía más inútiles de lo que de por sí son.

La única manera que a un "grano de arena" no se lo lleve el viento es formando parte de una corriente o inercia colectiva, de una avalancha de conocimientos y razones.

Un solo argumento válido para decidir no "aventar la toalla" me lo dijo hace unos días una persona cuya opinión valoro mucho:
 
Hay muchas batallas pendientes en estos momentos en México, y si abdicamos, afectaremos el futuro de las siguientes generaciones.
 
"Cuando leo, entro al mundo del
escritor. Cuando escribo, entro al mío".

Yo