1, 2, 3 ¡Jalisco!



En tiempos difíciles como los que hemos pasado todos durante esta pandemia, en los que abundan incertidumbres, inseguridades, desasosiegos, problemas económicos, de salud y muertes, muchas muertes, los triunfos de cualquier persona en cualquier parte y en cualquier actividad son una bocanada de aire fresco que demuestra que hay más vida y más mundo que el nuestro.

Tal es el caso de las tres victorias que la semana pasada hicieron que Jalisco y los tapatíos brilláramos en el mundo: la de Saúl "Canelo" Álvarez en el peso Supermediano, y con la que hizo historia unificando cuatro títulos mundiales de boxeo (AMB, FIB, CMB y OMB); la de Checo Pérez, quien se convirtió en el primer mexicano en conseguir un podio en la Fórmula Uno corriendo en México; y la del golfista tapatío Carlos Ortiz, quien obtuvo el segundo lugar del Torneo Mayakoba del PGA Tour, su segundo subcampeonato y tercer "top ten" de manera consecutiva, mandando luego un mensaje a las redes sociales, con las imágenes de los tres deportistas y la leyenda: "1, 2, 3 ¡por Jalisco!".

No hay duda, los triunfos de cualesquiera con los que tenemos algo en común, aunque sea sólo el gentilicio (en este caso el de ser tapatíos o jaliscienses) los sentimos y volvemos nuestros.

Pienso que este 1, 2, 3 de Jalisco (que ahora fue en disciplinas deportivas) y que demostró que los verdaderos logros son siempre a base de esfuerzo, debemos usarlo para meternos en la cabeza que en Jalisco podemos ser y hacer lo que nos propongamos, enfocándonos más en las soluciones que en los problemas, cambiando así el pesimismo en optimismo y confianza en nosotros mismos.

Además, porque jamás ningún gobierno, del signo que sea, podrá sustituirnos en lo que a cada uno nos toca hacer. Nosotros somos los responsables de nosotros.

No sólo es necesario, es mentalmente sano hacer a un lado asuntos y personajes tóxicos, que en los últimos años han secuestrado nuestras conversaciones y coartado nuestras iniciativas, como lo es todo lo relacionado a la política y sus principales protagonistas.

Nosotros, los millones de ciudadanos comunes (pero no corrientes), nuestras vidas y proyectos son mucho más importantes que las del gobierno. Usando su mismo lenguaje habría que decir: "ya chole" de política, "ya chole" de AMLO y su 4T. Mejor hablemos de nosotros.

Hablemos de nuestras capacidades y talentos. Hablemos de que los jaliscienses, nuestro gobierno estatal y gobiernos municipales, con o sin el regateado apoyo federal, tenemos todo lo que se necesita para generar bienestar y desarrollo propios.

La capital del país no tiene por qué ser la principal o más importante en todos los rubros. Y en ese sentido Jalisco tiene hoy varias ventanas de oportunidad.

Por ejemplo: si el gobierno federal renunció a tener en la CDMX el principal punto de conectividad aérea (hub) del país con el mundo -así como en Estados Unidos, el aeropuerto de Atlanta es mucho más importante que el de Washington, su capital-, Guadalajara puede fácilmente arrebatar esa posición y beneficiarse de la derrama económica que significa; si el Presidente decidió eliminar apoyos a la investigación científica, al arte y la cultura, por considerarlas elitistas, no prioritarias o hasta innecesarias; si las empresas, las clases medias, la generación de energías baratas y limpias, y hasta las universidades son satanizadas, es la oportunidad para atraer todo el talento y los emprendimientos en esas áreas.

Jalisco bien podría liderar el desarrollo educativo, científico, cultural y artístico del país, y concentrar la mayor proporción de clase media del país, esa que es la verdadera fuerza económica, la que más paga impuestos y que hoy es vapuleada y menospreciada por el gobierno federal.

Jalisco por sí solo puede seguir creciendo y desarrollándose como lo ha venido haciendo, a tasas superiores y con una calidad de vida promedio mejor que las de otras partes del país, en las que la mayoría de ciudadanos han decidido tener gobiernos con políticas públicas que en nada ayudan a mejorar sus condiciones de vida y sacar de la pobreza a sus gobernados.

Aumentar significativamente las clases medias de Jalisco es posible. Basta que gobierno y sociedad decidamos hacer todo lo necesario para que los lugares 1, 2 y 3 en lo que se refiere a desarrollo económico y calidad de vida, guste o no, sean arrebatados por Jalisco.

"El éxito no es suerte.
Suerte, la lotería".

Yo