Meras suposiciones
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Inevitable hablar de lo acontecido a Rafa Márquez y de la injusta y soberbia Ley Kingpin que, violando el derecho a la presunción de inocencia, condena y sanciona a todo aquel que tuvo el infortunio de relacionarse con personas que llevan una doble vida y ocultan las actividades ilícitas que realizan no sólo a las autoridades, sino a la sociedad en general.

Los ciudadanos comunes no podemos saber si la persona que tenemos enfrente, la que nos llama para contratar, comprar o vender productos y servicios, que sus hijos van a la misma escuela que los nuestros, que participa y apoya eventos altruistas, que nos propone invertir o participar en algún negocio legítimo es o no quien dice ser.

Si muchas veces ni siquiera la PGR, el FBI, la DEA, etc. -que se dedican a investigar criminales- saben a ciencia cierta quién es un lavador de dinero, un terrorista o un defraudador, para el común de los mortales es prácticamente imposible saberlo y evitar relacionarnos con ellos.

Y aunque dadas las circunstancias debiéramos todos investigar más a fondo con quién nos relacionamos, la verdad es que en la práctica nos limitamos a "googlearlos" y, si acaso, verificar las referencias que las propias personas con las que tratamos nos proporcionan, y que en estos casos se convierten en una cadena de personas engañadas, en la que los engañados, sin saberlo, recomiendan al engañador.

Desde la señora que recomienda a una cocinera sin saber que es parte de una banda de ladrones de casas, hasta narcotraficantes o lavadores de dinero encubiertos que, como la humedad, poco a poco se van metiendo en círculos sociales y empresariales.

La verdad es que la inteligencia y creatividad del crimen organizado no tiene límites, va siempre un paso delante de las autoridades y de la sociedad, y se lleva entre las patas a quien sea.

Lo anterior viene al caso porque la llamada Ley Kingpin otorga autoridad al Gobierno estadounidense a través del Departamento del Tesoro para aplicar sanciones económicas en todo el mundo contra los principales narcotraficantes internacionales, así como a sus organizaciones y las personas y entidades extranjeras que les prestan apoyo.

Sin embargo, los criterios utilizados para incluir a alguien en esta lista son menores a los que se consideran para hacer una acusación penal, e incluyen los siguientes supuestos (resalto el término porque en esto radica la injusticia):

 

1. (Supuestamente) asistieron materialmente o proporcionaron apoyo financiero o tecnológico, o proporcionaron bienes y servicios en apoyo de las actividades internacionales de narcotráfico, o de un narcotraficante especialmente designado;

 

2. (Supuestamente) poseyó, controló, o dirigido por, actuó por o en nombre de un narcotraficante especialmente designado;

 

3. (Supuestamente) desempeñó un papel importante en el tráfico internacional de estupefacientes.

"Suponer" significa considerar como cierto o real algo a partir de los indicios que se tienen. Decir que alguien "supuestamente" hizo algo no significa que lo haya hecho. Y cuando se trata de "meras suposiciones" lo que procede no es sancionar, congelar cuentas, quitar visas y difamar, sino investigar, escuchar versiones, obtener pruebas, y luego, sólo luego, absolver o condenar.

Pienso además de que cuando se trata de supuestos, la información que lleva a tales suposiciones debe ser privada, confidencial, particularmente la de aquellos implicados que son localizables y están dispuestos a dar la cara, como es el caso de Rafa Márquez y Julión Álvarez, y así evitar el daño moral, económico y familiar que la publicación de supuestos acarrea a los involucrados que a la postre resultan ser inocentes.

Adicionalmente, pienso que así como el corte total de los servicios de agua potable es inconstitucional, el congelamiento total de cuentas debiera también serlo, y permitirse el retiro de los recursos mínimos necesarios (vitales) para el sostenimiento de personas inocentes dependientes de los "sospechosos" y para el pago de abogados que se encarguen de su defensa.

¿Qué le dirá el Departamento del Tesoro a Rafa Márquez cuando éste compruebe su inocencia? ¿"Perdón, nos equivocamos"? ¿Cómo reparará el daño moral y económico causado?

Mientras todas las suposiciones se esclarecen, lo menos que le podemos dar a Rafa Márquez y a Julión Álvarez, que con la frente en alto han dado la cara a la sociedad y a las autoridades, es el beneficio de la duda.

"Es mejor correr el riesgo de absolver a un culpable que condenar a un inocente".

Voltaire